Ni aún escapando a América se huyó de la pesadilla inquisitorial. Durante el dominio holandés e inglés, en diversas islas y territorios americanos, protestantes y judíos vivieron libremente. Llegaron a Barbados, Curazao, Jamaica y Surinam.
Aún así, en los extensos territorios hispanoamericanos, los fugitivos se reencontraron con la presencia inquisitorial que extendió su poder a través de los tres tribunales inquisitoriales que se instalaron para vigilancia y control de las colonias en Lima, México y Cartagena de Indias.
Si quieres recibir nuestros escritos y llenarte de luz, puedes suscribirte aquí.
Tomado de: El Sefardita Costarricense
Noticias Mi Ciudad