Al inicio de cada año te planteas objetivos profesionales o físicos, y eso está muy bien, forman parte de la salud integral… pero “integral” refugia objetivos aún más importantes, responsables del balance humano: hábitos mentales, emocionales o espirituales.
Cambiar este enfoque es venerar la promoción de salud integral. “Promocionar” es hablar con antelación y adelantarse a la “prevención”. Esto solo te brindará calidad de vida… Esto es amar.
Una lista sencilla puede ayudarte a progresar, primero internamente, luego externamente… y todo simultáneamente:
- Caminar más. Pasear verdaderamente.
- Escribir en un diario. Hablar con la escritura es soltarse.
- Ser más presente. Sacar más tiempo para ti mismo.
- Vivir ahora. Aprender a hacer la vida más larga.
- Establecer disciplina. Unir mente y cuerpo.
- Buscar y atrapar el balance. Anclar la creatividad.
- Definir tu ser. Encontrar el arte.
- Liberar el ego. Liberar la ansiedad. Respirar.
- Hacer preguntas. Evitar tener respuestas siempre.
- Apagar un poco el perfeccionismo. Mantener más el movimiento.
- Buscar alternativas. Evitar una sola hipótesis.
- Abrir la puerta a lo desconocido. Amor, sabiduría, empatía.
- Evitar calcular sobre imprevistos. Atender la improvisación.
- Tomar más agua. Purificar tu vida.
- Olvidar la decepción. Elegir la valentía.
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Fotografía: Freevector