Los vientos soplaron desde lejos apareciendo en el espacio. Todo estaba desierto, no había ni una gota de luz.
La oscuridad y opacidad vislumbraban con sombras, unas con negro intenso otras con grises pálidos.
Todo, absolutamente todo, era grotesco y pesado. No sabía qué era vida o aliento, aire o pureza.
Nadie habitaba, nadie aparecía, nadie vivía. Yo respiré todo eso…apestoso y desordenado…yo estaba tan sola, tan tímida…allí en un ambiente lúgubre.
Di un paso para mirar más allá, di un paso y presioné mi cámara para fotografiar la extravagancia y locura…¿Para que lo hice? y a la vez mejor que lo hice…
Música comenzó a disparar de todos los puntos cardinales. Movimientos despertaron hambrientos junto con bailes simétricos y eufóricos.
Yo me uní a ellos con inevitables preguntas, sobresaltos y ansias. Mi cuerpo fue testigo de grande fascinación.
Luego todo adquirió una forma única y estructurada. Colores pintaron ese tenebroso escenario, llenando con aguas que regaban todos los rincones con fuentes de frescura.
Árboles salieron de la tierra y un cielo se expandió a lo ancho y hacia las alturas.
Yo seguí disparando mi cámara y sucedieron muchos más episodios.
Animales aparecieron cayendo del cielo, brincando y hablando. Vi particularmente un hermoso conejo que lucía sobre una casa misteriosa.
Puedo decir que las nubes con su llenura crearon las especies más agraciadas y hermosas.
Mi viaje no acabó…Junto con estas especies creamos una festividad y un gran banquete para dar bienvenida al REY DE LA CIUDAD…Él realmente tenía el gran discurso…
Christy Petri (Quesada Segura)